Cerca de 400 personas acudieron a las Jornadas sobre el Cultivo del Almendro, que fueron organizadas por el Instituto Técnico Agronómico Provincial (ITAP) en el Palacio de Congresos de Albacete y que despertaron un gran interés en el sector.
Tras la celebración de las mismas, se han publicado las principales conclusiones de este encuentro, destacándose que el almendro es ya el cuarto cultivo en extensión en la provincia de Albacete, puesto que en los dos últimos años se han plantado 12.000 hectáreas, lo que supone una clara opción con la que cuentan los agricultores con el fin de diversificar los cultivos.
La conclusión principal es que el almendro ha dejado de ser un cultivo marginal para empezar a ser tratado como un frutal donde las técnicas culturales, especialmente el riego, son indispensables para alcanzar rendimientos acordes con el potencial del cultivo. El peligro de las heladas es su principal obstáculo por lo que se han hecho muchos esfuerzos en obtener variedades de floración tardía, menos sensibles a las mismas.
Se estima que la inversión para acometer una plantación de almendro tanto en regadío (3000 euros por hectárea como valor orientativo) como en secano (1.500 euros por ha) si nos vamos a densidades de plantación convencionales (200-300 almendros por ha) son asumibles por muchos agricultores, si exceptuamos las plantaciones superintensivas (alrededor de 1.500-2.000 almendros por ha) donde la inversión puede alcanzar los 12.000 euros por hectárea.
El mercado de la almendra es capaz de absorber la producción mundial, destacando el hecho de que Estados Unidos produce el 80% de la almendra mundial y España sólo el 5%. La almendra es un alimento saludable cuya incorporación en una dieta equilibrada es muy recomendable. Esta percepción por parte del consumidor hace que el consumo per cápita esté subiendo paulatinamente en todo el mundo, especialmente en mercados emergentes.
Se considera imprescindible que se experimente en este cultivo en cuanto a variedades, tanto en secano y regadío en diferentes zonas edafoclimáticas, riegos, plagas y enfermedades, técnicas de poda especialmente de formación, etc.
La conclusión principal es que el almendro ha dejado de ser un cultivo marginal para empezar a ser tratado como un frutal donde las técnicas culturales, especialmente el riego, son indispensables para alcanzar rendimientos acordes con el potencial del cultivo. El peligro de las heladas es su principal obstáculo por lo que se han hecho muchos esfuerzos en obtener variedades de floración tardía, menos sensibles a las mismas.
Se estima que la inversión para acometer una plantación de almendro tanto en regadío (3000 euros por hectárea como valor orientativo) como en secano (1.500 euros por ha) si nos vamos a densidades de plantación convencionales (200-300 almendros por ha) son asumibles por muchos agricultores, si exceptuamos las plantaciones superintensivas (alrededor de 1.500-2.000 almendros por ha) donde la inversión puede alcanzar los 12.000 euros por hectárea.
El mercado de la almendra es capaz de absorber la producción mundial, destacando el hecho de que Estados Unidos produce el 80% de la almendra mundial y España sólo el 5%. La almendra es un alimento saludable cuya incorporación en una dieta equilibrada es muy recomendable. Esta percepción por parte del consumidor hace que el consumo per cápita esté subiendo paulatinamente en todo el mundo, especialmente en mercados emergentes.
Se considera imprescindible que se experimente en este cultivo en cuanto a variedades, tanto en secano y regadío en diferentes zonas edafoclimáticas, riegos, plagas y enfermedades, técnicas de poda especialmente de formación, etc.
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